El apoyo que ofrece el cuerpo del
portor al ágil es una de las funciones de máxima responsabilidad, debido a que
de la estabilidad de la posición del portor dependerá la ejecución de una
posible pirámide. Este apoyo puede ser estático o dinámico.
En lo que respecta al apoyo
estático, el cuerpo del portor le sirve como superficie de apoyo al ágil para
la realización de diversas posiciones estáticas y dinámicas, pudiendo variar la
zona corporal que el ágil usa de apoyo, realizando así una gran variedad de
figuras y acciones motrices.
En lo referente al apoyo
dinámico, el cuerpo del portor puede adoptar diferentes formas de apoyo donde
se puede ver reflejado el dinamismo, ya sea gracias al movimiento del ágil
sobre el apoyo del portor, gracias al movimiento del portor manteniendo al ágil
en equilibrio o gracias al movimiento simultáneo de ambos.
a) Posición bípeda: Para una realización óptima de esta posición, el portor debe aumentar su base de sustentación abriendo las piernas en la medida correcta, bajar el centro de gravedad y disminuir sus brazos de palanca para aumentar así la estabilidad de la posición.
Una vez el portor ya se encuentra sosteniendo al ágil,
debe mantener la espalda lo más recta posible, en línea con las piernas, para
evitar tensiones innecesarias.
b) Posición de rodillas
(cuadrupedia): En esta posición, las
rodillas deben permanecer paralelas con una separación similar a la anchura de
los hombros, los muslos y los brazos deben estar extendidos y alineados
perpendicularmente al tronco y los dedos de las manos estirados mirando hacia
adelante. La espalda en esta posición debe mantenerse plana.
c) Posición tumbada supina:
Para la correcta realización de esta posición la
espalda debe estar colocada recta, totalmente apoyada en el suelo, para lo cual
será necesario mantener la pelvis metida hacia adelante. De esta manera
evitamos que se sobrecargue la zona lumbar como consecuencia del arqueo de la
espalda.
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